De frustrados Conocimiento y miedos.
Como siempre y de forma expresionista:
Te empecé y nunca te terminé, te mire y nunca más te puede
observar cuál frustrado en su propio paraíso regocijante de autodestrucción. Forma
parte de mi propia historia. Y lo que es más importante, de mi persona. Me ha
conformado tocando con su ingrato miedo a lo desconocido, al posible que dirán…
al conocimiento miedoso. ¿Frustración? Vuelva usted mañana…
Frustración que nos
contagia con su incomodidad fortuita.
Los frustrados, cuál
hiena hambrienta de sufrimiento, esperan el momento de mejor conveniencia para
atacar con su verborrea vacía pero con clara intención hiriente. El frustrado
por propia naturaleza busca el dolor autocompasivo como forma de regocijo. Y es
que para un frustrado la tarea de disuadir a otros de alcanzar sus éxitos
potenciales (o los que son más importantes, sus errores) es una forma viable de
pseudo felicidad, felicidad que se retroalimenta de su su propia destrucción.
Usualmente, y en su
momento, el frustrado fue un joven de no pocos ideales ambiciosos hambriento de
sueños que no aterrizan, sueños que se desvanecen siendo un sin serlo.
Aparcados en un primer momento, relegados a posteriori y, finalmente,
asesinados por sus propios dueños y las circunstancias, que sin duda forman
parte del individuo tanto o más que el aire que respira. Y es en consecuencia
el reflejo inalcanzado de los sueños agonizantes o descompuestos lo que se
esconde directa o indirectamente en las críticas.
Y hace su aparición
el enemigo de Wert, el Conocimiento.
Porque… ¿Qué es
conocimiento? De conocimiento entendido como educación ya se ha hablado, y se
hablará… en post anteriores. Hablo del conocimiento en su accesión de
sabiduría, más concretamente sabiduría reminiscente. Y aunque parezca paradójico es completamente
viable.
Y es que recordar sin
duda es la tarea más ardua en cuando nos olvidamos de vivir. Pasamos media vida
intentando darle sentido a la otra media. Y al final el conocimiento, el arma
más poderosa contra la frustración (dicho sea de paso la perfecta metáfora de
la infelicidad consentida) se esconde en el rincón más inhóspito de nuestra
psique.
El conocimiento no es
más por lo tanto que; La
Felicidad, amiga incierta de quienes quieren buscarla sin
haberla encontrado.
Recordar nuestros
primeros compases, que no volver a ellos dicho sea de paso, es esencial para
encaminar nuestros pasos. ¿Porqué al final cuál es nuestro fin último? Acaso ¿tener la casa más bonita?, ¿Conseguir el último
teléfono que un señor estadounidense te ha ordenado comprar? ¿El mismo coche
que el vecino? No nos olvidemos que ser feliz es tu propósito y eso no me lo
puedes negar. Ahora bien, hay maneras y maneras… hay quien se mande una
pastilla y habrá quién la encuentre simplemente contemplando las almas de
quienes hablan comunicándose.
Lo que llevará al
final son tus pasos, quizás el camino ayude o no, pero tú y sólo tú decides. En
estos casos siempre recuerdo la cita, profunda por cierto. “ Nada es verdad,
Todo está permitido” porque en efecto, aunque la tábula no este rasa del todo
se puede modificar.
Pero al final la
verdadera felicidad, lo que recordarás pase lo que pase, lo que te alejará de
tus frustraciones son, sin duda, tus valores, eso es felicidad. El conocimiento
es interiorizar sabiduría.
A la hora de la práctica que es lo que realmente nos
interesa la diferencia entre ser feliz o no serlo se sustenta en el frágil
matiz que da lo incierto. Fluir correctamente y con las ideas claras es
esencial, nunca, jamás olvides porque haces lo que haces y serás feliz. Simple
y complejamente, fascinante.
Si algo te aleja de ser lo que quieres ser, de tus
propósitos cúspides, atácalo por favor ( personalmente te lo agradeceré).
Si el conocimiento es
la contraposición del la frustración ¿Qué es el miedo? El miedo, es el elemento
equilibrante y cohesionador. No todo va a ser fácil, las cosas no son
bipolares, los matices nos llenan de vías que abrir, y por tanto felicidad.
El miedo es el
elemento natural de supervivencia, nos hace estar alerta, nos vuelve astutos,
nos convierte en recelosos depredadores. Pero hemos evolucionado desde que
abandonamos las cuevas allá por la semana pasada. Del mismo modo el miedo ha
evolucionado, tenemos miedos “racionales”
Miedo a perder lo que somos, miedo a perder lo que creamos y
por su puesto, miedo a la muerte. ¿Es malo es miedo? Ni de lejos, ¿evita que me
tire por la ventana no? Pues no será tan malo. Equilibra lo que soy, lo que
puedo ser y lo que soy sin serlo. Me pone los piés en la Tierra, recordándome una
vez más que Verdad y Realidad no es mismo.
De alguna manera los
miedos forman parte de nosotros no tengamos miedo a los miedos (¿paradoja?), pero tampoco hay que dejarlos entrar (tampoco
salir, que irónico).
El miedo no es más que la nueva oportunidad para conseguir
el sueño, la sabiduría, la felicidad de tu vida o la puerta para dejar entrar a
tus frustraciones. Tú decides, porque al fin y al cabo “ Nada es verdad, Todo
está permitido”
Ya fuera del tema en
cuestión; Te aseguro que nada de lo que hay escrito aquí en este momento es
gratuito.
Es difícil encontrar
las palabras que condensen años y años de reflexiones en unas pocas frases que
se disparan y dispersan como rayos en una tormenta. Las musas son caprichosas
pero no crueles y la inspiración aunque quizás inaparente es existente. Lee y
no te quedes en la mera y mundana lectura de los sentidos, profundiza hasta
leer lo que no está escrito y valora, por favor, valora por ti mismo. Apóyate
en los demás porque nadie posee el conocimiento absoluto, pero al final tus
juicios han de ser tuyos. Si no, los frustrados habrían ganado, y hoy no señor
mío, ¡le aseguro que hoy no!
“Cuando los dioses quieren destruir a un hombre, primero lo
vuelven loco” Eurípides (480-406
a.C)
“Los hombres juzgan más por los ojos que por la
inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven”
Maquiavelo
“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que no somos”
Maquiavelo