domingo, 24 de marzo de 2013

¿Qué coño estoy haciendo?



“Vine a buscarte harto de no encontrarte por andarte buscando”


 Días enteros, noches en compañía de la tenue luz del monitor, voces que ensordecen el ingrato y adictivo silencio de las mañanas, las tardes, y las noches incompletas…
 Planes que se desvanecen cual integridad de la vida pública en España o la virilidad en Gran Bretaña.
 Los sueños que no quieren aterrizar tampoco son capaces de despejar del todo y al término, la repercusión recurrente de siempre; ¿Qué coño estoy haciendo?


 “Cielo arriba, suelo abajo”…
No soy de los que son pueblo, gracias a dios que no, tampoco soy de los que son tunacia. Soy alguien, y hasta ahí bien, pero no me encuadro en ningún retrato. Ni quiero ni puedo, lo he dicho muchas veces…

 Y de lo que soy se que lo que soy, y lo que no…, también. Al menos a efectos prácticos lo se. ¿Pero quién es quién que sabe quién es? Yo desde luego no.

 Con la cabeza alta puedo decir que he sido, y he sido con escollos, ahogos y dificultades. Pero he sido lo que he querido ser, y eso amigos míos, eso es el mayor regalo que os podéis hacer si algún día queréis haceros un regalo, a vosotros y al mundo.
 Y con humildad y prudencia, la máxima que mi ego autocomplaciente me permite exteriorizar, puedo decir que me queda por aprender, o lo que es lo mismo equivocarme, mucho y copiosamente.

El qui de la cuestión es ¿Qué es un error? que sin duda nos exasperará en un futuro quizás no muy lejano, dentro de 5 minutos puede ser. Pero que ahora parece ser perfecto, y lo es porque todo es perfecto llegado el caso. Incluso lo que es lo más imperfecto, lo más impuro, lo más tenue y carente de sentido, es sin duda alguna, lo más perfecto llegado el caso.
 Porque todo es relativo, maravillosa y embriagadoramente relativo, es genial, es mi mayor regalo, es mi castigo, mi pena, mi primer circulo dantesco, es la vida en todas las vertientes posibles, improbables e imposibles. Es elementalmente, elegir.

Divago, y es porque me da miedo decir lo que quiero decir, porque se que cuando elija lo posible será improbable, y lo que fue posible será imposible.
Pero el mero echo de no elegir por el miedo a lo que puede ser conforma un castigo tal que nos impide llegar al paraíso. Y puede ser eso lo que me empuja a actuar cuando no quiero hacerlo obligándome ha hacer lo que quiero.


 Hace ya mucho tiempo me vino, y de forma bastante epifánica, la conclusión de que cuando dude vasta con recordar una premisa, simple. Recordar y actuar según la meta cumbre que quieras obtener.  Las divagaciones en ciertos momentos pueden ser enemigas despiadadas.
 La multiplicidad de caminos reales tiene gran peligro, pues corremos el riesgo de olvidar lo que queremos, y con ello quienes somos. Pues somos lo que somos en cada momento, condicionales a lo que estamos siendo cuando obramos.

No digo nada nuevo y lo se, pero hace años, muchos, que nadie dice algo nuevo. No me carguéis a mi más de la culpa que me concierne.
 Se que es lo mismo que ayer, pero ya no expresa como antes. Y eso lo hace digno de ver. Y es que , la genialidad, ya en términos generales, a veces pasa por expresar lo que hacía tiempo ya se había echo con el matiz que da la relatividad…





Y todo esto, ¿Qué hora es? Parece que ahora no es momento, y eso es lo que importa.
 Y permitidme un inciso a mi querida antagónica e inseparable amiga la ciencia objetiva.
Aquella a la que llaman τὰ φυσικά o physica. Porque expresar es el lenguaje de dios y la física lo es también. Porque dios es logos y Jesús verbo.
 Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”. Dijo Sir Isaac Newton, y sin duda yo nunca hubiese podido llegar donde he llegado si no hubiese sido por la acción de los que piensan y son. Aquellos a los que yo admiro y aspiro en cierta medida. Y a los que sin duda les doy las gracias todos los días. Los que morirán con  una sonrisa pues han vivido según sus normas.

 Así pues siempre, y no sólo de mis confesas aficiones de erudita curiosidad, pretendo la extrapolación de cuanto conocimiento en su intrínseca naturaleza lo es, puesto que hay conocimiento… y conocimientos…, mas esa es otra historia que ahora no nos atañe.

 Un viejo maestro me dijo en una ocasión: “lee por delante”, y desde entonces llevo buscando la lectura que me haga conocedor, mas se que las lecturas son muchas y esta es la mía.


 Quién iba a imaginar que aquella tarde yo iba a coincidir con el milagro de ocupar el mismo espacio, a la misma hora, y que ciertos ojos se jijaron donde lo hicieron. De veras, quién iba a imaginarlo. Ni yo mismo aunque lo buscase en su momento. Mi primera impresión fue sentenciosa, sabía lo que quería como y cuando.
 Luego como las cosas no salieron tal y como se espera, ¿Y cuando coño son así? Los caminos se tornaron… diferentes.

 Me dieron reparos sin duda cuando me di cuenta, y mentiría si dijese que muchos de mis escritos no están inspirados en cuanto creí cierto y que aún lo siguen siendo, llegados al caso. Lo se, no es fácil, pero es más estimulante así.

 Tome caminos de los que no me arrepiento, de hecho nunca lo he hecho. Y que me llevaron a felicidades estúpidas, y a ciertas tintas de la dolorosa madurez de darse cuenta que no se puede aceptar todo tal y como viene. Pero también me reportaron emociones positivas, y lo que es más importante una causa por la que vivir.

 Ahora bien, ¿Por quién estaba luchando?, ¿Por mi? Eso sin duda, es axiomático.
 Pero si ahondamos en el verdadero propósito de las cosas ¿Cuál es la letra, quién está detrás?

 Mi respuesta es clara para estos casos, y aunque desmonte muchas estructuras, se que las construí con un propósito, lo que me da miedo es decir en alto Cual…


  De forma anecdótica recuerdo que solía, poco tiempo atrás tener una disputa de similar aspecto, aunque de incomparable intrascendencia respecto a esta. Que me disociaba también entre las mismas cifras. 3 o 22. ¿Historia cíclica, epifanía, coincidencia?. El caso es que vuelve ha arreciar.




 

Yo se cuál era mi primera meta y a la que me debo, la que a priori fue mi decisión y mi deseo es a la que sinceramente anhelo.
 A ella legitimizo cuanto ha sido inspiración y deseo.
Amo el conocimiento, por ende, el propósito de toda esta parafernalia es que esta alusión llegue a la persona indicada.
 Y con suerte, llegará…


Dedicado a los conocedores de cuanto sea, y a la persona que ha inspirado este escrito por hacerlo posible, por haber sufrido directa o indirectamente y por que en cierto modo lo debería saber aunque no lo sepa…

No hay comentarios:

Publicar un comentario